martes, 1 de mayo de 2012

SANTA MARIA DE LEBOREIRO

Recién llegada de hacer el camino de Santiago, y después de una semana caminando bajo lluvias torrenciales, viento y hasta granizo, empiezo a ordenar lugares y momentos en mi cabeza. Uno de los sitios por los que pasé  y que más me llamó la atención fue Leboreiro. En la etapa entre Palas de Rei y Arzúa, me encontré con ésta pequeña aldea en uno de los pocos momentos que no llovía.  La iglesia románica de una sóla nave y de ábside semicircular es lo primero que se vé cuando vas llegando. En frente de ella, se conserva la fachada de un antiguo hospital de peregrinos fundado por la familia Ulloa allá por el siglo XII.  Quizá, lo que mas identifica a éste lugar es el curioso cabeceiro al lado de la iglesia. Es una especie de hórreo con forma de gigantesco canasto, dónde se guardaba el maíz. El conjunto es precioso y bien mereció una parada y una foto, aunque fuera rápida por culpa de la dichosa lluvia.
  Como no podía ser menos, Leboreiro y su iglesia, llevan adosada una leyenda que cuenta que al lado de la iglesia, un día, comenzó a manar agua, de una curiosa fuente que emitía una luz por la noche y aroma por el día.  Despertó tal curiosidad, que excavaron en ese lugar, encontrando una talla de la Virgen que fue trasladada a la iglesia. Pero cada noche, la Virgen regresaba a la fuente, encontrándola allí de nuevo cada mañana.  Fue entonces cuando decidieron esculpir una imagen en piedra de la Virgen y colocarla en el tímpano de la iglesia, dónde todavía permanece. De éste modo la Virgen se quedó para siempre en la iglesia.
  Bonito lugar, uno de tantos que  me encontré en mi viaje.